Columna de Yosselin Moyano Calabrano, abogada PUC.
El último informe sobre Desarrollo Humano en Chile de agosto de año 2024 del Programa de la Naciones Unidad titulado ¿Por qué nos cuesta conducir los cambios para el desarrollo humano sostenible? incorpora en él conclusiones fundamentales para avanzar en los cambios que los chilenos y chilenas anhelan. El informe destaca que en la población chilena se mantiene el deseo de cambios profundos, y pese a la evaluación negativa de los cambios recientes, la gran mayoría de las personas desea cambios (88%), y especialmente que las cosas sean de otro modo, ni como son ahora ni cómo eran antes (67%).
Si bien el citado informe es lectura obligada para las recién electas autoridades, así como para todos los que aspiren a impulsar las transformaciones sociales profundas que la ciudadanía desea, en este breve documento, nos centraremos en las principales conclusiones del informe sobre demanda de cuidado medioambiental y la crisis de confianza como uno de los principales obstáculos para conducir los cambios hacia el desarrollo humano sostenible en Chile.
El cuidado del medioambiente es una de las causas colectivas con mayor adhesión tanto en Chile como en el resto del mundo, señala el informe. Agregando que los datos de la Encuesta Nacional Ambiental muestran que 81% de la población afirma estar informada o muy informada al respecto, un 43% de la población recicla y un 30% prefiere productos con menos empaques.
Los resultados el Informe de Desarrollo Humano 2024 confirman la relevancia otorgada al cuidado del medioambiente y la preocupación que su deterioro concita en la población chilena: un 59% considera que en los últimos cinco años han empeorado las condiciones del medioambiente para la vida humana, y un 60% de la población señala sentirse muy o extremadamente preocupada por ello.
Además, la mayoría considera que intentar reducir el cambio climático constituye una responsabilidad personal y está dispuesta a asumir costos, como pagar más por productos menos contaminantes (63%), si ello contribuye a reducir el problema. Es más, la Encuesta de Desarrollo Humano 2023 demuestra incluso que, en nuestro país, poco más de la mitad prefiere privilegiar el cuidado del medioambiente por sobre el crecimiento económico (53%).
Entonces, ¿Cómo conducir los cambios sociales necesarios para abordar los desafíos globales en el ámbito medioambiental? sobre las razones u obstáculos que enfrentamos para lograrlo, si bien de manera muy significativa la ciudadanía indica que los “Villanos” del cambio en Chile, son los liderazgos políticos y las élites empresariales, sosteniendo que tienden a obstaculizar cualquier cambio, cuando se consulta cual es la razón, señalan que no se trata de que no puedan impulsar los cambio, sino que simplemente optan por no hacerlo, ya que privilegian sus intereses personales sobre los colectivos.
Los ciudadanos no se sienten escuchados por las elites políticas y empresariales, a pesar de señalar que ellos tienen mucho que aportar a sus representantes sobre las transformaciones que Chile necesita, derivando en el predominio de las emociones negativas en las personas sobre el estado del país. Según el Informe de Desarrollo Humano 2024 el mismo tipo de emociones destacaba también hace una década (48%), pero hoy la proporción alcanza un 66%. Además, en este período algunas han cambiado de intensidad: se incrementó la preocupación, de un 21% a un 28%; aumentó cinco veces el miedo, desde un 2% a un 10%, y disminuyó la esperanza, de un 17% a un 10%, en efecto, el informe confirma que se mantiene la villanización constatada en el Informe de Desarrollo Humano de 2015. Y afirma que la crisis de representación que afecta a Chile no se limita a elevados niveles de desconfianza hacia los partidos políticos y otras instituciones clave para la democracia, sino que se expresa en la villanización de la política institucional. Es decir, se culpa a estos actores por el estancamiento y el deterioro que en opinión de las personas caracterizan al Chile actual. Según la Encuesta de Desarrollo Humano 2023, más del 70% de las personas considera que los liderazgos políticos y el gran empresariado están haciendo poco o nada para impulsar los cambios requeridos. Y entre los primeros, la ciudadanía evalúa más críticamente a la oposición (78%) que al gobierno (72%).
Esta crisis de confianza en Chile es transversal, y ha permeado también la confianza entre los ciudadanos, la confianza interpersonal y la asociatividad son dos dimensiones centrales del tejido social, relevantes no solo para el funcionamiento de las sociedades sino también para su transformación (Sztompka, 1999). Los datos de la Encuestas de Desarrollo Humano 2023 sugieren que en la actualidad en Chile la confianza interpersonal no supera un 15%, mientras que la participación en organizaciones solo llega a 22%, en ambos casos se trata de un mínimo históricos, en los datos sobre confianza interpersonal se observa además una importante caída de 25 puntos porcentuales entre 2011 y 2023. Concluyendo el informe que esta desconfianza generalizada es parte de las limitaciones de la sociedad chilena para conducir los cambios.
El bajo interés en asociarse se constata además en la escasa disposición de la ciudadanía a asumir los costos de ella. La gran mayoría (68%) de las personas declara estar poco o nada dispuesta a involucrarse en actividades que impliquen organizarse para lograr algún objetivo común, si eso implica sacrificar una parte de su tiempo libre. Esta baja disposición según los datos aportados por el informe es más prevalente entre las personas de 65 años o más (78%) y entre quienes no se identifican con ninguna postura política (73%).
El informe destaca que la presente debilidad del tejido social inhibe la capacidad social para la conducción del cambio. Señalando que un tejido social debilitado reduce la capacidad de una comunidad para unirse, organizarse y actuar colectivamente.
Ahora bien, el informe concluye que para superar los altos índices de desconfianza a los liderazgos políticos es que las elites aprendan a escuchar a las personas y sus demandas, reconozcan sus matices y ambivalencias, y promuevan la participación ciudadana en las decisiones políticas para superar la elitización de esas decisiones. Es necesario además reconstruir la confianza de las personas en las instituciones, especialmente en el sistema político. Indicando el documento que, ello no será posible sin mostrar resultados a corto plazo que aborden las necesidades concretas de la población en materia de salud, seguridad, cuidado del medioambiente, pensiones, educación, vivienda o trabajo.
Finalmente, debemos ser muy conscientes de los indicadores históricos de desconfianza interpersonal y baja asociatividad de los ciudadanos, y su efecto obstaculizador para conducir los cambios sociales. Es por ello que urge impulsar políticas públicas con el fin de promover la cohesión social y el fortalecimiento y creación de nuevas organizaciones sociales, teniendo especialmente en cuenta que para lograr el estado de bienestar y afrontar los actuales desafíos globales que amenazas la subsistencia humana, tales como, el cambio climático, no vasta el esfuerzo individual, sino que se requieren trasformaciones sociales profundas que exigen contar con la capacidad de la sociedad chilena para conducir dichos cambios. Sin embargo, que la mayoría de los chilenos, a pesar de las decepciones de los últimos intentos de transformación social profunda (procesos constituyentes, estallido social), siga afirmando de manera categórica que quiere cambios profundos (88% EDH 2023), especialmente que las cosas sean de otro modo, ni como son ahora ni cómo eran antes, representa un gran aprendizaje colectivo y una oportunidad para salir de esta paradoja en la que nos encontramos.