
El diputado y precandidato presidencial Jaime Mulet (Federación Regionalista Verde Social) realizó un diagnóstico crítico del modelo productivo actual y propuso una política industrial moderna, sustentada en energías limpias, fortalecimiento regional y un sistema de tramitación ambiental eficiente. Durante sus declaraciones, advirtió que Chile está perdiendo empleos, recursos estratégicos y soberanía industrial por falta de voluntad política.
Uno de los ejes centrales fue la necesidad de impulsar una nueva política de fundiciones y refinerías en Chile:
“Hace más de 20 años que vengo planteando la urgencia de fundir y refinar en Chile. Exportar concentrado significa pérdida de empleos, de trazabilidad del cobre, de subproductos como oro, plata, tierras raras. ¿Por qué no se hace? Porque hay un negocio detrás del concentrado, con intereses enquistados incluso en directorios de ENAMI y Codelco”.
Mulet criticó que el actual gobierno prometiera ampliar la capacidad de fundición y refinación y terminará cerrando instalaciones como Ventanas, sin asegurar proyectos de reemplazo:
“No se trata de ignorar razones ambientales, se trata de planificar. Se cerró sin iniciar la construcción de una nueva fundición. Están en estudio, pero el gobierno se acaba y no avanzamos. ¿Quién gana con eso? Los de siempre”.
El parlamentario defendió la creación de nuevas fundiciones verdes en el norte del país, aprovechando la energía solar disponible y avanzando en una trazabilidad del cobre asociada a energías limpias:
“Tenemos energía verde que hoy se vierte porque no hay infraestructura. Con esa energía podríamos procesar nuestros minerales sin contaminar y subirnos al tren de la industria verde mundial”.
Respecto a la permisología y la lentitud de los proyectos de inversión, Mulet reiteró su propuesta de un fast track legislativo para iniciativas que cumplan estándares ambientales:
“No propongo eliminar trámites, propongo acortar plazos por ley. Si un proyecto de agua potable rural demora entre 6 y 8 años, eso es inmoral. ¿Qué valor estamos defendiendo si no es el de la vida?”.
Añadió que está estudiando experiencias como la taxonomía verde europea, que permite clasificar proyectos según su impacto ambiental y avanzar más rápido con aquellos que no presentan conflictos significativos:
“Se pueden acortar los tiempos sin sacrificar el medioambiente. Pero si seguimos con esta permisología eterna, incluso la transmisión eléctrica colapsa como ya ocurrió. Necesitamos otra carretera eléctrica, y no podemos demorar 10 años en evaluarla”.
En cuanto a su visión política y económica, Mulet se distanció del estatismo tradicional y abogó por una economía mixta con descentralización efectiva:
“Yo no soy marxista, ni estatista. Soy humanista. Creo en la libertad, el emprendimiento con control, y un Estado presente donde se necesite. Tanta libertad como sea posible, tanto Estado como sea necesario. Esa es la mezcla idónea”.
Finalmente, criticó la incoherencia de sectores que alguna vez denunciaron la corrupción y hoy vuelven a repetir viejas prácticas:
“Los mismos que alzaron las banderas contra la corrupción de SQM y del PPD hoy están involucrados en otros escándalos. Entre más alto se suben los santos, más añicos se hacen cuando caen. Y eso es soberbia”.
Mulet cerró con un llamado a poner el foco en lo importante:
“Desarrollar Chile con equidad, descentralizar en serio, recuperar nuestra capacidad industrial y avanzar en energías limpias. Ese es el verdadero camino de progreso para el país”.