El Presidente del partido Federación Regionalista Verde Social, Jaime Mulet, manifestó su pesar por la muerte del ex gobernador Carlos López, expresando su tremenda admiración por un hombre de servicio a la comunidad y al país.
Debido a esta sensible pérdida, el ex diputado recordó la importancia de López en la política, destacando que éste hizo un gran trabajo en la Democracia Cristiana. “Poco a poco fue asumiendo un liderazgo que le llevó a ser presidente provincial del partido y más adelante jefe provincial de la épica campaña por el NO a la Dictadura, coordinando a todos los partidos que formaban parte del Comando por el NO”, sostuvo.
Mulet dijo que “Carlos a la vez fue forjando una sólida relación con los líderes nacionales del partido. Su brillante desempeño y liderazgo llevó al Presidente, Patricio Aylwin, a nombrarlo como Gobernador Provincial, del primer gobierno democrático. Cargo que ejerció con dignidad y con un gran liderazgo. Recibió el gobierno provincial de manos del último gobernador de la dictadura y formó un pequeño equipo que le permitió hacer la transición desde la dictadura a la democracia aquí a nivel local de manera serena y justa”.
Indicó que el ex gobernador “luchó para que se concretaran importantes obras, en especial la construcción del Embalse Santa Juana, tan esperado y tan relevante. Su voz era respetada y escuchada tanto en el gobierno regional y nacional. Carlos fue gobernador también en los primeros años del Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle, después concejal por Vallenar, luego Director de la Empresa Nacional de Minería y también Consejero Nacional de la DC”.
Además señaló que “ya fuera de cargos políticos, Carlos siguió como lo hizo hasta ayer, en su trabajo profesional como químico laboratorista, en su laboratorio, como un emprendedor y como un ciudadano que creía y practicaba la democracia, la que a veces te entrega el honor de un cargo público con mucha responsabilidad y luego cuando ello termina, te vuelve como un ciudadano más. No obstante, su vocación por lo social y política era profunda, su lucha por un país más justo, socialmente más equilibrado y menos abusivo, era una constante”.
El presidente de la Federación Regionalista Verde Social expresó que “con mucha energía estudia y actúa sobre los problemas medioambientales que afectan a la provincia. Enfrentó con particular firmeza, a veces muy solo, pero con mucha decisión y dedicación, los graves problemas de contaminación que afectan a la comuna de Huasco. Le indignaban los abusos y la indolencia de las empresas en esta y otras materias. Su compromiso con los valores del socialcristianismo eran profundos. Carlos era un cristiano en política”.
Además, “en los últimos años, le preocupaba mucho la crisis de la política, la sufría diría yo. No aceptaba como la clase dirigencial política la había degradado tanto y se rebelaba. Carlos fue un político hasta el último de sus días. Su preocupación por el país y por la forma que ha tomado la actividad política y por su partido fueron las últimas conversaciones que tuve con él”.
Mulet manifestó que “para los que hoy ven en la política y en los políticos, un grupo de personas corruptas o interesados solo en lo personal y que buscan el poder para enriquecerse y/o sobresalir. Que ven a los partidos divididos y luchando en grupos o facciones solo por el poder. Que ven a políticos sumidos en casos de corrupción y que no son sancionados. Debo decirles que no. Que la verdadera acción política, en especial la socialcristiana está fundada en la manera de como influir unos sobre otros para buscar el bien común, aquel estado de la sociedad donde todos y cada uno de sus integrantes puedan lograr la mayor realización espiritual y material posibles”.
Sostuvo que “Carlos era así, quería que en su país mejoren las condiciones especialmente de los más desamparados, seguía luchando por la justicia en todas sus dimensiones y por la libertad, para defender la vida y los derechos humanos. Para hacer lo que había que hacer. Así en dictadura, lo hizo Carlos enfrentándola para recuperar la democracia y para seguir luchando luego en democracia, por más y mejor trabajo, educación para todos, salud digna, pensiones justas, un ambiente limpio”.
Concluyó que “si, también hay buena política, y Carlos con sus virtudes y defectos fue un buen político, un político decente y consecuente. Que siempre entendió la política como un servicio hacia los demás. Que mejor testimonio, su vida, allí está su esposa e hijos, su Laboratorio, su casa, sus amigos. Su testimonio, como el de miles, la mayoría anónimos, son los que se deben seguir, valorar y recordar, sobretodo hoy que vemos que campea la mala política. Carlos era un hombre creyente. Muy creyente. Ayer (jueves) partió, antes de lo que nos hubiésemos imaginado Nos sorprendió a todos”.